lunes, 22 de noviembre de 2010

AFECTIVIDAD




Se conoce como las muestras de amor que un ser humano brinda a las personas o a los animales.

La emoción y las reacciones relacionadas están vinculadas con el cuerpo, mientras que los sentimientos lo están con la mente. Algunos autores consideran que, mientras que la emoción es un proceso individual, el afecto es un proceso interactivo que involucra a dos o más personas, si bien no existe una división estricta entre ambos conceptos. En otros autores, las afecciones se refieren al cuerpo, mientras que las emociones están vinculadas a la mente, como lo considera Spinoza. De ahí que deba tenerse siempre presente el contexto concreto en que se tratan estos temas.
Desde Platón y Aristóteles y a lo largo de los siglos, los afectos y emociones han sido considerados desde muy diversos puntos de vista. Así en la Época Clásica la razón era la característica esencial de la persona y la afectividad se asimilaba al caos. Santo Tomás de Aquino y Descartes dan gran impulso a la valoración independiente de la afectividad. Rousseau consolida su valor autónomo y la obra de James y Lange estimularon su investigación desde el punto de vista fisiológico conductual.
        Las teorías neurológicas se inician con Canon comenzando a proponerse diversos modelos de circuitos de las emociones. Papez describe un complejo circuito del que dependía la afectividad y la conducta emocional. Según este autor los procesos emocionales radicarían en el hipocampo que al ser excitado enviaría impulsos al hipotálamo, núcleos talámicos y giro angulado, cerrándose el circuito con nuevas vías al hipocampo.
Posteriormente se asume la importancia del córtex en los procesos emocionales y afectividad, vinculando la emoción a la motivación.
        La afectividad, es pues no una función psíquica especial, sino un conjunto de emociones, estados de ánimo, sentimientos que impregnan los actos humanos a los que dan vida y color, incidiendo en el pensamiento, la conducta, la forma de relacionarnos, de disfrutar, de sufrir, sentir, amar, odiar e interaccionando íntimamente con la expresividad corporal, ya que el ser humano no asiste a los acontecimientos de su vida de forma neutral.
        La afectividad por tanto confiere una sensación subjetiva de cada momento y contribuye a orientar la conducta hacia determinados objetivos influyendo en toda su personalidad.
Según Henry Ey la máxima interrelación entre el psiquismo y lo somático se da en la afectividad y solamente desde el punto de vista didáctico se puede dividir la afectividad en parcelas independientes y cuyas manifestaciones principales son:
                            .ansiedad.
                            .estados de ánimo o humor.
                            .emociones.
                            .sentimientos y pasiones.









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